En los 60 se decidió acabar con toda forma de jerarquía artística. Resulta extraño ahora acusar de arbitrariedad a los árbitros del arte. “Una gran cantidad de energía útil se disipa o se pierde en lo que parecía un estado de aleatoriedad inconmensurable”. La entropía, así el arte contemporáneo. Paciencia, todo cabe en lo entrópico, incluso el buen arte.